Macroeconomía  © John Petroff; contributors: Elisa Tam, Christian Aleman, Blanca Garcia-Puente, Daniel Gonzalez, Isliani Perez et al. Source: PEOI

 

CHAPTER :

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Capítulo 7:
COMPARACIÓN ENTRE EL MODELO CLÁSICO Y EL DE KEYNES

El propósito de esta lección es mostrar dos puntos de vista distintos del ciclo económico y los problemas principales del desempleo y la inflación. Primero se presenta la teoría clásica. La visión Keynesiana se expone como crítica a la teoría clásica.

TEORÍA CLÁSICA

La teoría clásica consiste esencialmente en la aplicación del «laissez faire» («dejar hacer») del capitalismo puro, es decir, la no interferencia del gobierno. En esta visión, los ciclos económicos son procesos naturales de ajustes que no requieren de ninguna acción por parte del gobierno.

En la explicación de Adam Smith sobre la mano invisible, esto es, el proceso que hace que las empresas produzcan lo que la gente desea, el gobierno no es necesario. La economía resuelve por sí sola sus problemas.

LEY DE SAY

La ley de Say afirma que la oferta crea su propia demanda. Esto significa que la renta que alguien obtiene de la producción de ciertos bienes le permitirá comprar mercancías producidas por otros. Puesto que todo el mundo necesita comprar mercancías, intentarán producir bienes para obtener ingresos y así comprar lo que desean. De este modo, los mercados de productos estarán necesariamente en equilibrio constante.

Los trabajadores obtienen ingresos para poder comprar los distintos productos que desean. Así, trabajando y produciendo mercancías, estos trabajadores generan los ingresos con los que comprar estas mercancías.

MERCADO MONETARIO CLÁSICO

Si parte de la renta no se consume inmediatamente, entrará en el mercado monetario como ahorro. Este ahorro volverá a la economía como inversión (aumento de capital) cuando alguien solicita un préstamo. El interés pagado por los prestatarios a quienes ahorran asegura que no haya ahorros no utilizados. El mercado monetario alcanza el equilibrio por medio de un ajuste en la tasa de interés.

El interés que se paga a los ahorradores es un estímulo para prestar dinero. Cuando la tasa de interés es alta, la gente se siente más inclinada a ahorrar o prestar. Por otra parte, si la tasa de interés es alta, los prestatarios no desearán grandes préstamos. Así, el mercado tiende al equilibrio gracias a la influencia de la tasa de interés.

FLEXIBILIDAD DE PRECIOS Y SALARIOS

La teoría clásica propone que todos los mercados alcanzan el equilibrio gracias a ajustes en precios y salarios, que son flexibles. Por ejemplo, si existe un exceso de fuerza de trabajo o de productos, el salario o el precio de éstos se ajustará para absorber dicho exceso.

Si los precios y los salarios son flexibles, los mercados se equilibran. Por ejemplo, si hay mucho desempleo, las empresas pueden emplear trabajadores pagando salarios más bajos, pero al emplear a más trabajadores reducen el desempleo.

DESEMPLEO INVOLUNTARIO

La teoría clásica propone que no existe desempleo involuntario porque un ajuste en los salarios asegura que los desempleados encontrarán otro empleo. Además, como los trabajadores necesitan comprar mercancías, aceptarán trabajos peor pagados.

Si los salarios son flexibles, como aseguran los economistas clásicos, una disminución de salarios permite que las empresas empleen a más trabajadores. Solamente aquéllos que son renuentes a trabajar por salarios más bajos seguirían en paro.

CONTROVERSIA ENTRE LA TEORÍA CLÁSICA Y LA DE KEYNES

La teoría del empleo de Keynes parte de una crítica a la teoría clásica. En esta crítica, Keynes argumenta que:
§ ahorradores e inversores tienen planes incompatibles, por lo que es posible que no se llegue a establecer un equilibrio en el mercado monetario,
§ los precios y los salarios tienden a ser rígidos, por lo que es posible que no exista equilibrio en los mercados de productos y de trabajo,
§ han existido períodos de desempleo severo (afirmación que la teoría clásica niega).

La teoría de Keynes se publicó inmediatamente después de la gran depresión. En esa época resultaba muy difícil sostener que solamente existe desempleo voluntario, cuando millones de trabajadores estaban en paro.

PLANES DE AHORRO-INVERSIÓN DE KEYNES

Keynes demostró que ahorristas e inversores son grupos que no siempre se relacionan: están separados por intermediarios financieros (bancos). Durante una recesión, aunque el tipo de interés sea muy bajo, la inversión puede no igualar al ahorro porque 1) los prestatarios tienen pocas perspectivas de ventas, 2) los bancos no se animan a prestar porque lo consideran arriesgado, y 3) los ahorradores prefieren esperar que haya intereses más altos. Esto causa la denominada "trampa de liquidez", donde parte de los ahorros son improductivos.

Los bancos tienden a ser muy prudentes a la hora de conceder préstamos a empresas cuando las previsiones económicas no son prometedoras, y esta reticencia contribuye a agravar la desaceleración económica.

RIGIDEZ PRECIOS-SALARIOS SEGÚN KEYNES

Keynes postula que los precios y los salarios no son flexibles, como afirma la teoría clásica. Los salarios tienden a tener un límite inferior, es decir, a no bajar de un cierto mínimo porque los trabajadores no aceptan salarios que no les permitan vivir adecuadamente; esto se refuerza por las acciones de los sindicatos. Si los salarios son demasiado bajos, existirá desempleo. En el caso de los precios, las empresas que producen artículos muy caros prefieren reducir la producción y despedir a trabajadores que bajar los precios. Esta situación se debe a su poder monopolístico.

Desde mediados de los años 80, se han dado varios casos en los que los empleados han aceptado recortes en sus salarios, por ejemplo, en las líneas aéreas y el sector del acero. Aparte de estas excepciones, las disminuciones de los salarios son extremadamente raras. La pauta general es de aumentos continuos, equivalentes al menos a la suba en el costo de la vida.

DEMANDA AGREGADA

La demanda agregada representa gráficamente la suma total de lo que las familias quieren y pueden comprar a distintos niveles de precios.

La demanda agregada puede considerarse como una combinación de todos los productos que la gente puede desear comprar.

EFECTO REAL DEL EQUILIBRIO

La demanda agregada es una curva de pendiente descendente debido al efecto real del equilibrio, ya que si los precios son más altos que el promedio, el poder adquisitivo del dinero disminuye y la gente tiende a sentirse más pobre y compra menos. Si los precios son más bajos que el promedio histórico, el poder adquisitivo del dinero aumenta, y la gente tiende a sentirse más rica y a comprar más.

La relación matemática entre los tipos de interés y los activos financieros es inversamente proporcional. Los mercados de acciones, como la Bolsa de Valores de Nueva York, son muy sensibles a la inflación, causa principal de la subida de los tipos de interés. Esta sensibilidad se observó en el desplome de la bolsa del 19 de octubre de 1987, así como en las reacciones del mercado de valores cuando el Banco de la Reserva Federal en Estados Unidos bajó los tipos de interés en 2001.

OFERTA AGREGADA

La oferta agregada se compone de tres secciones: el tramo clásico es vertical, el tramo de Keynes es horizontal y el tramo intermedio es ascendente.

Gráfico G-MAC7.1

La oferta agregada se puede explicar como la combinación de todos los bienes producidos por las empresas: equivale al PNB, descontando la actividad económica del gobierno.

TRAMO CLÁSICO

El tramo clásico de la oferta agregada es vertical por la proposición de la teoría clásica de que los precios se ajustan de modo que el resultado sea siempre el pleno empleo. En este tramo, una demanda agregada en expansión causa inflación, mientras que una demanda agregada en recesión la reduce.

Hay muchos sectores de la economía en los que todos los ajustes se producen mediante cambios en los precios. Por ejemplo, en los bienes relacionados con la moda, si hay una gran demanda de un vestido, su precio será muy alto, pero si el vestido está pasado de moda, el precio será muy bajo y, finalmente, se dejará de producir.

TRAMO KEYNESIANO

El tramo keynesiano de la oferta agregada corresponde a la proposición de que cuando el precio es muy bajo, las empresas prefieren reducir la producción en vez de vender con pérdidas. En esta curva, cualquier cambio en la demanda agregada producirá un cambio en la producción. Así, en caso de recesión, la política gubernamental correcta es incrementar la demanda agregada, por ejemplo, aumentando el gasto público.

Muchos sectores de la economía experimentan muy pocos cambios en los precios, pero sufren cambios importantes en el volumen de producción y el número de empleados. Por ejemplo, los fabricantes de automóviles ofrecen rebajas que no llegan ni al 10% del valor del vehículo. Comparado a cambios de precio del orden del 50% o más en la ropa, por ejemplo, las rebajas en los automóviles son muy pequeñas. La razón es que los costes de producción fijos en este sector son muy grandes. No es infrecuente el cierre de plantas enteras de montaje de automóviles durante las épocas de recesión.

TRAMO INTERMEDIO

Este tramo intermedio de la oferta agregada representa el caso de la inflación preliminar o sectorial: cuando la demanda crece, algunos sectores de la economía pueden sufrir cuellos de botella y requerir que los precios aumenten, porque no pueden incrementar la producción.

Algunos sectores de la economía tienden a experimentar cambios de precio y cantidad al mismo tiempo. Esto sucede en todos los sectores de bienes de consumo, tales como radios y televisores, o de equipamiento deportivo.

POLÍTICAS DE LA DEMANDA AGREGADA

Cuando la intersección de la oferta y la demanda agregadas ocurre en el tramo horizontal keynesiano se produce recesión y excesivo desempleo: la política recomendada sería estimular la demanda agregada, o sea, incrementar el gasto. Cuando la intersección está situada en el tramo vertical clásico, existe inflación: la política recomendada sería reducir la demanda agregada, o sea, reducir el gasto.

Gráfico G-MAC7.2

Durante los años 60 y 70, la administración estadounidense hizo hincapié en estimular la demanda agregada para controlar el desempleo. El control de la inflación se alcanzó con la ayuda de cambios fiscales o controles sobre precios y salarios.

POLÍTICAS LATERALES DE LA OFERTA

Las políticas laterales de la oferta se pueden mostrar atribuyendo los períodos de estanflación (precios altos y bajo nivel de producción) a desplazamientos ascendentes de la oferta agregada. La política recomendada entonces no sería una demanda agregada creciente que agravaría la inflación, sino por el contrario, un desplazamiento descendente de la oferta agregada mediante la reducción de los costes de producción.

Durante los años 80, la administración estadounidense intentó controlar la economía utilizando medidas que afectaban a la oferta. Por ejemplo, las regulaciones, restricciones y subsidios decretados por las agencias gubernamentales afectaron a los costes de producción.

Cuestionario

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